Me expreso a través de la pintura porque es un medio cercano, dada mi formación clásica y que a la misma vez constituye un desafío, puesto que como tal, la pintura es un medio de expresión digamos vinculado a la tradición cultural y artística occdidental, que nos puede resultar hoy día anacrónico u obsoleto, pero que parece ser siempre un organismo vivo que evoluciona y muta constantemente.
En mi pintura se proyectan mis inquietudes y ambiciones, mis anhelos y decepciones, siempre desde un punto de vista satírico, burlesco y a veces incluso entrañable. Me gusta crear espacios solapados donde parece haber trampa, donde el espectador obtiene tanta información que se siente desbordado al observar, donde parece estar perdiéndose algo y necesita volver a mirar lentamente.
En esta serie de pinturas, realizadas del 2007 al 2009, se repite un mismo patrón de construcción de la imagen pictórica: un fondo arquitectónico y varios elementos que se superponen sobre la imagen de fondo, semisuspendidos en el espacio.
El fondo de la imagen suele una vista interior de casas y palacios ostentosos y bastante acomodados, pero que aún así no tienen porqué ser confortables. Como algunas de las habitaciones del Palacio de Versalles.
En esta serie comienzo a introducir pequeños títulos dentro de los cuadros. Esta estrategia nace de la necesidad de acotar un poco más la dimensión global del concepto que intento representar. Los títulos son pequeñas frases hechas, expresiones vulgares, reductos de lenguaje verbal que de algún modo llegan a mi cabeza y se quedan ahí durante algún tiempo, hasta que de repente se asocian automáticamente a una imagen mental y se convierten en una entidad indisoluble.
Los objetos superpuestos pertenecen a un mismo grupo de elementos: verduras, pistolas, lobos, herramientas, tartas. Estos objetos parecen adquirir sobre estos fondos una doble dimensión, que podríamos clasificar básicamente en objetos protectores o destructores. Aunque en el caso de las verduras y de las tartas la dimensión se vincula más al placer de los doméstico y la protección que ello conlleva. Los demás elementos: herramientas, pistolas, lobos-perros parecen producir mayor inquietud, no sabemos si están ahí para construir o destruir, proteger o agredir...
